Diego Alejandro Gallegos Rojas
¡No, ella no está muerta! Solo duerme. Vigilo sus sueños al filo de su cabecera y no deseo que ni el silencio la despierte…
Ellos pensaron arrebatármela. Me arrastré como un parásito hasta su tumba y, ayudándome con mis dientes, la desenterré. Llegué a tiempo, antes de que ellos devoren su cuerpo.
—Ahora estás junto a mí. Vestida de cielo, con tu traje de novia. ¡Cómo te envidio!
Tengo pereza de amar a la vida. Mientras espero mi hora, te alimento con mis instintos de leopardo herido…
—¿Por qué no has comido? ¿No tienes apetito? Mis amigos no te han visto todavía, si lo hacen pensarán que he dejado mi cerebro en algún rincón del cementerio. Y ya ves, no es así. Solo tú me comprendes. Por ti he roto su lógica. No, solamente son divagaciones de un demente. Sé lo que hice. ¡No! Yo no comeré tu carne, ni beberé tu sangre. Solo deseo hacerte el amor y después… después, que el tiempo, como un ángel maldito, se encargue del resto. Tienes la palidez del viento. Y así me gustas, inmóvil, sin reprocharme nada. Amo el olor de los muertos. ¿Lo percibes? Es hora de que los demonios nos dejen amar. Será nuestra primera noche de amor. Me acerco a ti. Levanto las sábanas, mientras los gusanos hacen una orgía con nuestros cuerpos.
Diego Alejandro Gallegos Rojas. (Loja-Ecuador) Ensayista y escritor. Máster en Derechos Fundamentales, Universidad Carlos III Madrid, España. Especialista Superior en Derechos Humanos Instructor de Desarrollo Humano, Mozambique, África. Observador Internacional de Derechos Humanos como Acompañante Ecuménico en Palestina e Israel. Como escritor ha publicado el cuentario La orgía de los gusanos (2017).