Los Lugosi | Carlos Canales Cintrón

Por Carlos Canales Cintrón

(Colaboración especial para Máquina Combinatoria desde Puerto Rico)

“El amor es una enfermedad del alma”.

Personajes:

BORIS

BELA

La acción se desarrolla en un apartamento.

Boris está sentado en el sofá. Observa el horizonte. Bela sale de la cocina.

BELA: ¿Se puede saber por qué carajo no está preparada mi comida?

BORIS: Déjame decirte dos o tres cosas…

BELA: Dímelas ya, no tengo todo el día para esperarte.

BORIS: Esta es mi casa.

BELA: ¿Tuya?

BORIS: Sí.

BELA: ¿Lo es?

BORIS: Mía.

BELA: Eres un iluso.

BORIS: ¿Quieres que te enseñe las escrituras?

BELA: Se la debes al banco.

BORIS: Y no tengo por qué cocinar para ti.

BELA: Es tu obligación.

BORIS: ¿Mi obligación?

BELA: Sí.

BORIS: ¿Dónde lo dice?

BELA: En tu corazón.

BORIS: Si tú fueras de la realeza…

BELA: Soy el Conde Santurce y de Calatrava.

BORIS: … podría hacer una excepción…

BELA: Soy la regla.

BORIS: … pero tú eres un plebeyo.

BELA: “Me desprecias porque vivo en quinto patio.”

BORIS: ¿Quién dirigió esa película?

BELA: No es una película, es una canción.

BORIS: La canción la compusieron para la película.

Se escucha Quinto Patio interpretado por Emilio Tuero. Boris canta.

BELA: ¿Cómo se llama?

BORIS: ¿Quién?

BELA: La película.

BORIS: Quinto patio.

BELA: Y la dirigió Buñuel.

BORIS: Si de alguno estoy seguro fue que no la dirigió Buñuel.

BELA: Si digo que fue Buñuel fue Buñuel.

BORIS: ¿Está claro?

BELA: ¿Qué?

BORIS: ¿Te lo escribo, o te lo mando por email?

BELA: A mí no me mandas nada.

BORIS: ¿Lo escuchaste?

BELA: Le podrás mandar a otros, pero a mí no.

BORIS: ¿Lo tienes claro o te lo traduzco?

BELA: Eres un amor.

BORIS: No tienes que decírmelo porque yo lo sé.

BELA: Sabes…

BORIS: No quiero escucharte.

BELA: … vengo a visitarte todos los sábados.

BORIS: Porque tú quieres venir…

BELA: Deberías agradecerme…

BORIS: No necesito que vengas ni tengo que agradecerte una…

BELA: Si no fuera por mí…

BORIS: No te debo nada.

BELA: Me debes.

BORIS: Ajá.

BELA: Y mucho.

BORIS: Pero tú eres bruto…

BELA: Sabes, me sobra inteligencia.

BORIS: …o tienes un problema para entender lo que está claro como el agua…

BELA: Mi IQ es más alto que el de Dalí.

BORIS: Dalí estaba loco.

BELA: Lacan me dijo…

BORIS: ¿Quién?

BELA: Freud.

BORIS: ¿Freud?

BELA: Me dijo: …

BORIS: Él no te dijo nada.

BELA: ¿Por qué no?

BORIS: Porque cuando tú naciste Freud estaba muerto.

BELA: Me dijo en un sueño.

BORIS: Así que soñaste con Freud.

BELA: Me dijo una cosa que no la descifra ni la madre que lo parió.

BORIS: Coño, hasta los niños lo entienden

BELA: ¡Maldita sea!

BORIS: ¡No maldigas en mi casa!

BELA: Maldigo sí.

BORIS: Vuelve a maldecir y ya verás.

BELA: ¿Me estás amenazando?

BORIS: Te advierto.

BELA: Si tu novia no te la dio anoche, no te desquites conmigo.

BORIS: ¿Qué dijiste?

BELA: Lo que escuchaste.

BORIS: Repítelo.

BELA: ¿Para qué?

BORIS: Con ella no te metas.

BELA: Pero yo…

BORIS: No te metas.

BELA: Si solo…

BORIS: ¡Qué no te metas!

BELA: Yo…

BORIS: ¡Cállate y lárgate!

BELA: Que actitud.

BORIS: Que tú provocas.

BELA: Si quieres que me vaya, me voy.

BORIS: Si te vas, me harías un favor.

BELA: Pues sabes, me quedo.

BORIS: Claro, claro, para seguir jodiendo.

BELA: No hay nada más que hacer.

BORIS: Que desaparezcas.

BELA: ¿O tienes una idea mejor?

BORIS: Que te vayas.

BELA: ¿Por qué no cocinaste?

BORIS: Porque no me dio la gana.

BELA: Esa no es razón.

BORIS: ¿Tiene que haberla?

BELA: ¿Qué?

BORIS: Una razón.

BELA: Nos enseñaron…

BORIS: Pues otra no tengo.

BELA: Pero… no puede ser.

BORIS: Esa es la razón, aunque no lo parezca.

BELA: ¿Estás deprimido?

BORIS: Pero si tienes tanta hambre, pues cocina tú o pide una pizza o cualquier cosa que te quite el hambre y te callas de una vez por todas.

BELA: Odio la pizza.

BORIS: ¿Desde cuándo?

BELA: Desde… qué sé yo.

BORIS: Haz memoria.

BELA: El día que no te visite más, me vas a extrañar…

BORIS: Estás loco…

BELA: …y vas a dar cualquier cosa…

BORIS: Cualquier cosa no, nada, absolutamente, nada.

BELA: …para verme aquí todos los sábados.

BORIS: Siéntate a esperarlo… Te quedarás con las ganas de disfrutar tu victoria.

BELA: Los de adelante corren mucho y los de atrás se mueven bien.

BORIS: El día que no vengas más, me liberaré de tu mala influencia.

BELA: ¿Viste esa tremenda película?

BORIS: Y me olvidaré de que exististe.

BELA: Porque, aquí donde me ves, soy tu salud mental.

BORIS: Eres un creído.

BELA: Si no fuera por mí, te hubieras volado la tapa de los sesos y yo me hubiera encargado de tu funeral.

BORIS: Es lo menos que puedes hacer.

BELA: Porque tú me tienes a mí.

BORIS: ¿Qué somos?

BELA: ¿Qué?

BORIS: ¿Tú y yo?

BELA: ¿Por qué lo preguntas?

BORIS: Vamos, responde…

BELA: Para qué, si lo sabes.

BORIS: Pero parece que se te olvida…

BELA: Lo tengo presente.

BORIS: No lo parece.

BELA: Y eso es lo malo.

BORIS: ¿Qué somos?

BELA: ¿Qué somos?

BORIS: Lo que somos.

BELA: Sí, lo somos.

BORIS: Lo somos.

BELA: Desgraciadamente.

BORIS: Sí, es una desgracia…

BELA: Lo desagradable es haberte conocido.

BORIS: En las circunstancias que nos conocimos.

BELA: Maldigo ese día.

BORIS: Quisiera borrarlo de mi memoria.

BELA: Pero eres como la culpa, va y viene, y cada vez que viene duele más.

BORIS: Cómo me dolió cuando me lo dijeron.

BELA: Y crees que me puse contento cuando nos presentaron.

BORIS: No sé por qué te di la mano.

BELA: No sabes cuántas veces me la lavo al día desde ese día.

BORIS: Eres un enfermo.

BELA: Ella me puso así.

BORIS: De ella no hables.

BELA: Hablo como me dé la gana…

BORIS: Que no hables mal de ella.

BELA: Tú no me mandas.

BORIS: Respétela.

BELA: No eres nadie para decirme que la respete.

BORIS: No te lo voy a volver a decir.

BELA: Ella…

BORIS: ¡Qué te calles!

BELA: ¿Y si no me callo?

BORIS: Pero qué te pasa.

BELA: ¡Haaaaaaaaaammmmmmmmmbrrrrrrrrrrreeeeeeeeeee!

BORIS: ¿Te crees el hombre lobo?

BELA: No me creo, yo soy….

BORIS: ¿El hombre lobo?

BELA: ¡No me jodas!

BORIS: ¿Cuándo fue la última noche que aullaste?

BELA: ¡Cállate!

BORIS: ¿Se te terminaron las pastillas?

BELA: ¿Cuáles?

BORIS: Las que te recetó el doctor para…

BELA: ¿El doctor?

BORIS: El psiquiatra.

BELA: ¿Para qué?

BORIS: Para los nervios…

BELA: ¿Desde cuándo padeces…?

BORIS: Yo no. Eres tú.

BELA: ¿Yo qué?

BORIS: Que padeces de los nervios.

BELA: ¿Quién te contó esa mentira?

BORIS: Tú.

BELA: Lo estás inventando.

BORIS: Me dijiste: padezco de los nervios.

BELA: ¿Te lo dije?

BORIS: Lo recuerdo como ahora.

BELA: ¿Cuándo?

BORIS: No lo recuerdo.

BELA: ¿Qué quieres hacer conmigo?

BORIS: No empieces con la paranoia.

BELA: A mí no me digas loco.

BORIS: Yo…

BELA: Te lo advierto.

BORIS: Escúchame…

BELA: No estoy loco.

BORIS: Pero si…

BELA: Soy más inteligente que tú, pero por mucho.

BORIS: No dije…

BELA: Sí, lo dijiste. Y te gusta tirármelo a la cara. Así eres, aprovechas la primera oportunidad que se te presenta como una bandeja de plata para decirme lo que me quieres decir. A mí no me engañas, como haces con los demás, pero a mí no, yo sé más que tú, cuando tú ibas, yo venía.

BORIS: Discúlpame.

BELA: Ya estoy cansado de tus disculpas.

BORIS: ¿Qué quieres que haga?

BELA: A mí no me preguntes.

BORIS: ¿Qué me mate?

BELA: No sería mala idea.

BORIS: Pues te quedarás con las ganas.

BELA: Así me liberaría de tu mala influencia.

BORIS: Que buena película.

BELA: Con Rob Low.

BORIS: El que tuvo problemas con la ley.

BELA: Por meterse con quien no se debió meter.

BORIS: Él trabajó en Class.

BELA: Y le harías un favor a la humanidad.

BORIS: ¿Aceptas?

BELA: ¿Qué?

BORIS: Mis disculpas.

BELA: Lo voy a pensar.

BORIS: No lo pienses, siéntelo.

BELA: Está bien.

BORIS: ¿Me perdonas?

BELA: Te perdono.

BORIS: ¿De verdad?

BELA: Sí.

BORIS: ¿De la boca pa fuera o de adentro hacia fuera?

BELA: ¿Qué estás preguntando?

BORIS: ¿Cómo me perdonaste?

BELA: Que importa.

BORIS: Dímelo.

BELA: Te perdoné y ya.

BORIS: Pero quiero saber.

BELA: ¿Qué?

BORIS: ¿Cómo?

BELA: De adentro hacia fuera.

BORIS: No te creo.

BELA: De verdad.

BORIS: Júramelo.

BELA: Te lo juro por ella.

BORIS: Por ella, no vale.

BELA: ¿Por quién?

BORIS: Por Dios.

BELA: ¡Por Dios noooooo!

BORIS: ¿Por quién?

BELA: Por ti.

BORIS: ¿Por mí?

BELA: Lo juro por ti.

BORIS: ¿Cómo te va en el trabajo?

BELA: El trabajo va bien.

BORIS: ¿Y tú?

BELA: Buscándolo.

BORIS: ¿A quién?

BELA: Al trabajo.

BORIS: Por más consejos que te di, pero te entraron por un oído y te salieron por el otro.

BELA: Nadie aprende por cabeza ajena.

BORIS: Que buena justificación.

BELA: Es que no sabes cómo pasaron las cosas.

BORIS: Me gustaría enterarme.

BELA: Cometieron una injusticia conmigo.

BORIS: ¿Una injusticia?

BELA: La peor de las injusticias.

BORIS: No me digas.

BELA: Sí te digo.

BORIS: Que pena.

BELA: No necesito tu pena.

BORIS: ¿Qué necesitas?

BELA: Comida.

BORIS: ¿Qué hiciste para que te botaran?

BELA: No me botaron.

BORIS: ¿Te premiaron?

BELA: Renuncié.

BORIS: La empresa te renunció.

BELA: Si te gusta decirlo de esa manera, está bien.

BORIS: Que vergüenza.

BELA: Es lo que pienso.

BORIS: Que desprestigio.

BELA: Fue una falta de respeto.

BORIS: De eso no hay duda.

BELA: El empleado que no faltó un lunes.

BORIS: Con asistencia perfecta.

BELA: El rostro de la publicidad de la empresa.

BORIS: ¿Por qué te botaron?

BELA: Como te llenas con la boca cuando lo preguntas.

BORIS: Tú ves cosas donde no están.

BELA: Puede ser que las vea, pero no me equivoco.

BORIS: ¿Me lo vas a contar?

BELA: Es una historia larga.

BORIS: Cuéntamela.

BELA: ¿Te interesa?

BORIS: Me sobra el tiempo.

BELA: A mí no.

BORIS: ¿No?

BELA: No.

BORIS: Pues, empieza.

BELA: No me arrojes.

BORIS: Dijiste que no te sobra el tiempo.

BELA: Te haré el cuento largo, corto.

BORIS: Soy todo oídos.

BELA: Como te gusta el chisme.

BORIS: No me gusta, pero me entretiene.

BELA: Y tratándose de mí, te lo gozas también.

BORIS: Lamento que tengas una opinión equivocada de mí.

BELA: Yo raras veces me equivoco.

BORIS: Por eso te pasan las cosas que te pasan.

BELA: No empieces con tus cosas… hoy no estoy…

BORIS: ¿Cuándo lo estás?

BELA: Estaba cumpliendo con mis obligaciones en el trabajo…

BORIS: Ya era tiempo.

BELA: …cuando se me cruzó una tentación en un momento inesperado de la vida.

BORIS: Tentación que no pudiste evitar por más que lo intentaste.

BELA: Solo Dios sabe cómo luché para evitarla…

BORIS: Sería para acercarla.

BELA: …pero no se puede evitar el destino.

BORIS: ¿Y qué pasó?

BELA: ¿Con qué?

BORIS: Me estabas contando…

BELA: ¿Qué?

BORIS: Lo del trabajo.

BELA: Ah.

BORIS: ¿Tienes problemas de coordinación motora o mental?

BELA: Te decía…

BORIS: ¿Te cogieron in fragantti?

BELA: Nadie me cogió, te aclaro.

BORIS: Sigue contándome.

BELA: Cuando salía del baño, me vio el supervisor.

BORIS: A quien se le ocurre meterse en un baño.

BELA: No había otro sitio.

BORIS: Habiendo tantos lugares en la empresa, se te ocurre meterte en el baño.

BELA: Sabes que cuando la de abajo se para la de arriba no piensa.

BORIS: ¡En el baño!

BELA: Si no hubiera sido su hija…

BORIS: ¿La hija de quién?

BELA: Su hija.

BORIS: ¿Qué te metiste con su hija?

BELA: Sí, con ella.

BORIS: ¡Estás loco!

BELA: Hacía tiempo que le tenía ganas…

BORIS: Les tienes ganas a todas.

BELA: …se presentó la oportunidad…

BORIS: Que propiciaste.

BELA: …no lo pensé dos veces…

BORIS: Eso no me lo tienes que decir.

BELA: …y me la gocé en el baño.

BORIS: Te la gozaste bien gozá.

BELA: Como tenía que ser.

BORIS: Tremenda gozaíta.

BELA: Wonderful!!!!!!!!!!!!!!!!!

BORIS: Y te botaron del trabajo.

BELA: Pero me vengué de todas las cabronerías del supervisor.

BORIS: Eres increíble.

BELA: A mí quien me la hace, me la paga.

BORIS: Sin importarte las consecuencias.

BELA: Soy cristiano: aplico la ley del talión.

BORIS: Si sigues haciendo milagros, te van a canonizar.

BELA: El me la debía y se la cobré.

BORIS: Te metiste con una inocente…

BELA: Así actuamos los de la mafia.

BORIS: ¿Eres de la mafia?

BELA: Digo del bajo mundo.

BORIS: ¿Y no es lo mismo?

BELA: Qué sé yo.

BORIS: Si te hubieras tomado las pastillas…

BELA: El medicamento que me tomo, my friend, es para los nervios, no para reprimir mis deseos sexuales.

BORIS: ¿Tomas viagra?

BELA: El día que sienta que esas pastillas para los nervios me afectan la presión, las encampano por la ventana.

BORIS: Eso lo sé. Si tú eres Macho Man.

BELA: Cuando me gusta una mujer, busco la manera de llevármela a la cama.

BORIS: Casanova comparado contigo…

BELA: Y de seducir mujeres, de eso yo sí sé, y puedo darte unas clases de cómo hacerlo.

BORIS: Te quedaste sin trabajo.

BELA: Pero tengo dinero…

BORIS: Que robaste.

BELA: Si todos roban, ¿por qué yo no puedo hacerlo?

BORIS: “No robarás”.

BELA: Lo que no te hace falta.

BORIS: ¿Estás buscando trabajo?

BELA: Estoy considerando unas ofertas irresistibles.

BORIS: Me imagino que aceptarás el empleo donde puedas robar más.

BELA: Es mi naturaleza, no la puedo evitar.

BORIS: Ni quieres tampoco.

BELA: ¿Para qué?

BORIS: Ya estás acostumbrado.

BELA: Y no pienso cambiar.

BORIS: Porque no quieres.

BELA: En este día, lo menos que necesito son lecciones de moral.

BORIS: ¿Ya no lees al sacerdote americano calvo?

BELA: Por más que lo pienso y lo pienso, no le encuentro el maldito sentido a las cosas que me pasan en esta vida absurda. ¿Por qué tuvo que suceder cuando lo estaba logrando? Esta cosa del destino o lo que carajo sea o como se llame o le quieran llamar me tiene encojonado y haciendo las preguntas inútiles que llevo haciéndome, no sé para qué, desde que tengo uso de razón. ¿La razón existe o es un invento del lenguaje? Pero eso no me importa. A mí quien me la hace, me la paga, no me importa quien sea. Y esta me la pagará bien pagá. Va a saber quién soy de una vez por todas y se va a arrepentir de conocerme. Porque no creo en nada ni en nadie. No creo ni en la luz eléctrica. A veces no creo ni en mí mismo. ¡Maldita sea! ¿Por qué la tienes contra mí? ¿Qué te hice?

BORIS: Cuéntame, ¿qué te pasó?

BELA: No quiero hablar del tema.

BORIS: Eres duro.

BELA: Durísimo.

BORIS: Desahógate conmigo.

BELA: ¡Comete un mojón!

BORIS: Qué prosaico.

BELA: ¡Cállate!

BORIS: ¡Cállame!

BELA: ¿Por qué me torturas?

BORIS: Vete.

BELA: ¿Para qué?

BORIS: Quiero estar solo.

BELA: ¿Por qué?

BORIS: Tengo cosas en que pensar.

BELA: Pues piensa, ¿quién te lo impide?

BORIS: Tú.

BELA: ¿Yo?

BORIS: Sí, tu presencia.

BELA: Ya quisieras tener tú una presencia como la mía.

BORIS: Sabes, te envidio.

BELA: Me gusta que me envidies.

BORIS: Si te pareces a Rock Hudson.

BELA: ¡Yo soy más macho que tú!

BORIS: Me molesta que estés aquí.

BELA: Ah, te molesto.

BORIS: Sí.

BELA: No fui yo quien te molestó.

BORIS: ¿Cómo?

BELA: Así que no te desquites conmigo.

BORIS: Quiero estar solo.

BELA: Aprovéchame, estoy aquí.

BORIS: Que bueno que no eres el fantasma Gasparín.

BELA: Puedo ayudarte.

BORIS: O joderme.

BELA: Eso depende ti.

BORIS: Pero ¿quién crees que eres?

BELA: Sé quién soy.

BORIS: ¿Quién eres?

BELA: Tú eres quien no lo sabes.

BORIS: ¿Quién soy?

BELA: Pero te voy a ayudar.

BORIS: Me ayudarías muchísimo si te largaras…

BELA: Agresivo el hombre.

BORIS: No, decidido.

BELA: ¿Desprecias mi ayuda desinteresada?

BORIS: Tu ayuda me sale cara.

BELA: Porque mis conocimientos cuestan.

BORIS: ¿Conocimientos?

BELA: Tú no eres el único que sabe…

BORIS: Te pido de favor que te vayas.

BELA: Me gustaría complacerte.

BORIS: Esa es la mentira de hoy.

BELA: Pero me voy a quedar.

BORIS: ¿Estás compasivo?

BELA: Tengo muchas razones para estar aquí.

BORIS: Si quieres decírmelas…

BELA: Lo siento, no puedo…

BORIS: ¿No confías en mí?

BELA: No se trata de confianza.

BORIS: ¿De qué se trata?

BELA: Así que dime cuál es tu problema, cuál es tu dolor.

BORIS: Mi dolor es mío.

BELA: Dicen que si uno se queda con las cosas por dentro revienta el día menos pensado y se vuelve uno loco de remate.

BORIS: Eso dicen, pero no quiere decir que sea verdad.

BELA: Y ya tenemos muchos locos.

BORIS: Empezando contigo.

BELA: Debería sentirte orgulloso…

BORIS: ¿Cómo te sientes?

BELA: ¿Me lo vas a decir o quieres que te lo suplique?

BORIS: ¿A quién estás leyendo?

BELA: Porque si eso quieres, estoy dispuesto a hacerlo.

BORIS: No lo puedo creer.

BELA: Mira a lo que he llegado: a rebajarme para ayudarte.

BORIS: ¿Anoche estuviste en el Tibet?

BELA: ¡Donde estuve anoche no es de tu incumbencia!

BORIS: ¿Por qué estás dispuesto…?

BELA: Ese es mi secreto.

BORIS: Tienes razón.

BELA: Te quiero más cuando te pones humilde.

BORIS: ¿Me quieres?

BELA: Te quiero.

BORIS: Extraña manera de querer.

BELA: Cada cual quiere como puede o como quiere.

BORIS: Y algunos no quieren.

BELA: Todos queremos.

BORIS: Hay gente que no quiere.

BELA: Esa es una opinión subjetiva.

BORIS: ¿Subjetiva?

BELA: Cuéntame.

BORIS: ¿Qué?

BELA: Lo que te duele.

BORIS: Lo que me tiene mal es…

BELA: ¿Qué?

BORIS: Ella…

BELA: ¿Quién?

BORIS: Mi novia.

BELA: ¿Qué pasó?

BORIS: Me dejó.

BELA: ¿Te dejó?

BORIS: Sí, rompió la relación.

BELA: Cuanto lo siento.

BORIS: Lo siento más que tú.

BELA: Cosas que pasan.

BORIS: Desgraciadamente.

BELA: ¿Tenían problemas?

BORIS: No, estábamos felices.

BELA: En la vida no hay nada seguro.

BORIS: Lo único seguro es la muerte.

BELA: ¿Cuándo te lo dijo?

BORIS: Esta mañana.

BELA: Que mala noticia para empezar el día.

BORIS: Fue como una patada en la boca del estómago.

BELA: Como si te hubieran cortado la yugular.

BORIS: Como animal degollado en el matadero.

BELA: Destazado.

BORIS: Me mató.

BELA: A sangre fría.

BORIS: A quemarropa.

BELA: ¿Te lo dijo en persona o por teléfono?

BORIS: Pero qué importa eso.

BELA: Es importantísimo.

BORIS: Por teléfono.

BELA: ¿Por el celular o el de la casa?

BORIS: Por el celular.

BELA: Entonces, no estaba sola cuando te llamó.

BORIS: ¿Qué quieres decir?

BELA: Digo que estaba acompañada.

BORIS: Estaba con su amiga.

BELA: ¿Hablaste con ella?

BORIS: ¿Con quién?

BELA: Con la amiga.

BORIS: No.

BELA: ¿Y cómo sabes que estaba allí?

BORIS: Porque comparten el apartamento.

BELA: Estaba con el otro.

BORIS: ¿Con quién?

BELA: Por el que te cambió.

BORIS: ¿Qué otro?

BELA: Cabrón, el chillo.

BORIS: Pero…

BELA: Estoy seguro: él la obligó a llamarte. Ella quería decírtelo en persona, pero el otro sabiendo que tú la podías convencer y cansado de la situación de compartirla la presionó y ella te llamó y te lo dijo. No hay más nada que buscar. Nada más con el testigo. Caso cerrado.

BORIS: Tu problema es que tienes una imaginación que supera a la realidad.

BELA: Y tu realidad es que no tienes la que le sobraba a Walt Disney.

BORIS: Pero la realidad…

BELA: Te lo grita en la cara. No quieres ver lo que vería hasta un ciego.

BORIS: Ella…

BELA: Te dejó por otro.

BORIS: No.

BELA: ¿Cómo quieres que te lo diga?

BORIS: Pero si no la conoces.

BELA: Pues claro que la conozco como la palma de mi mano.

BORIS: No te la presenté.

BELA: No tenía que verla ni conocerla para saber qué pasó con ella.

BORIS: Dos o tres malas experiencias no te hacen experto en mujeres.

BELA: Desde los 12 años estoy bregando con todo tipo de mujeres y me las conozco de la A a la Z, y en todos los idiomas y en todos los dialectos que domino.

BORIS: Tú lo que dominas es la palabra.

BELA: Y si digo que te dejó por otro, eso es así. Estoy más que seguro. No me lo tienes que cuestionar. Me atrevo a poner la cabeza en un picador que tengo la razón. Confía en mí. Tengo experiencia con esas adorables criaturas. Sabes, tengo calle. Y avenida también.

BORIS: Ella me dijo que no podía seguir conmigo…

BELA… que estaba confundida, que necesitaba un tiempo…

BORIS: Sí, esas fueron sus palabras.

BELA: Y te creíste ese libreto barato sacado de un melodrama mexicano.

BORIS: Traté de convencerla, pero me dijo lo nuestro terminó.

BELA: Está claro como el agua. Te dejó por otro. Acéptalo. Es una piedra en el camino, pero no es el fin del mundo. Como dijo un sabio: un clavo saca a otro clavo. Mujeres hay demás en el mundo. Las hay para escoger la que uno quiera.

BORIS: Sí, más adelante vive gente.

BELA: Pero nuestro problema es que no obsesionamos con una y nos volvemos locos.

BORIS: ¡La obsesión!

BELA: ¡La obsesión!

BORIS: ¡La obsesión!

BELA: ¡La obsesión!

BORIS: ¡Sí, la maldita obsesión!

BELA: ¡Sí, la maldita obsesión!

Se escucha Obsesión interpretado por Daniel Santos. Bela canta.

BELA: Si fuéramos más inteligentes, lo entenderíamos y seríamos felices.

BORIS: La felicidad es una canción.

BELA: Seremos felices el día que aceptemos que las relaciones empiezan y terminan.

BORIS: Has dicho una gran verdad.

BELA: Mi verdad supera la verdad de que el sol gira alrededor de la tierra.

BORIS: Es que no lo puedo aceptar.

BELA: Hay que aprender a resignarse.

BORIS: No puedo aceptarlo.

BELA: Resignación.

BORIS: ¿Resignación?

Se escucha Resignación de El gran combo. Ellos cantan y bailan.

BELA: Desde que acepté esa ley de la resignación, ninguna mujer me trastorna. Comprendí que cada relación tiene su deadline. Estoy preparado de antemano. Por eso no hay que llorar. Al mal tiempo buena cara. Pero, dime una cosa, aclárame un punto.

BORIS: Pregúntame.

BELA: ¿Cómo se lo hacías?

BORIS: ¿Qué?

BELA: El amor.

BORIS: Un buen trabajo.

BELA: ¿Garantizado?

BORIS: De por vida.

BELA: ¿Seguro?

BORIS: No se quejaba.

BELA: Te felicito.

BORIS: Quedaba satisfecha.

BELA: Mmmm.

BORIS: ¡Qué mujer!

BELA: ¿La calentabas bien?

BORIS: ¿Quieres que te muestre mi resumé con ella?

BELA: ¿Se lo comías?

BORIS: ¿Cómo?

BELA: ¿Qué si le comías el como?

BORIS: No tengo que contarte de mis intimidades.

BELA: Entonces, nunca se lo comiste.

BORIS: Ni lo intenté.

BELA: El otro se lo comió, a ella le gustó y te jodiste.

BORIS: Ya, basta, ya, se acabó el tema.

BELA: No, esto apenas empieza.

BORIS: Dije que se acabó.

BELA: ¿Y te vas a quedar cruzado de brazos?

BORIS: ¿Qué quieres que haga?

BELA: Demuéstrame que los tienes en tu sitio.

BORIS: No tengo que demostrarte nada.

BELA: Así que ella te las pegó y tú no vas a hacer nada.

BORIS: Pero si no hay nada…

BELA: Sí, hay muchísimo…

BORIS: ¡No soy como tú!

BELA: Dale gracias a Dios.

BORIS: Que haces cualquier cosa, la que sea, por lograr lo que quieres.

BELA: ¿Cómo lo sabes?

BORIS: ¿Qué?

BELA: Lo que acabas de decir.

BORIS: Me lo has contado.

BELA: ¿Cómocuándodónde?

BORIS: Pero…

BELA: ¿Cómo lo sabes?

BORIS: ¿Cómo sé qué?

BELA: ¿Cómo te enteraste?

BORIS: ¿Qué diablos estás preguntando?

BELA: ¡Olvídalo!

BORIS: Cuéntame.

BELA: No tiene importancia.

BORIS: Confía en mí.

BELA: Es que…

BORIS: Vamos, habla…

BELA: Mira, hazme un favor.

BORIS: Depende.

BELA: ¿De qué depende?

BORIS: Depende.

BELA: Ven conmigo.

BORIS: ¿Adónde?

BELA: En el camino, te explico.

BORIS: ¿Adónde?

BELA: A un lugar.

BORIS: ¿Cuál?

BELA: Te va a gustar.

BORIS: ¿Qué vamos a hacer allí?

BELA: A buscarla.

BORIS: ¿A quién?

BELA: ¿Cómo a quién?

BORIS: ¿De quién estás hablando?

BELA: De tu ex.

BORIS: ¿Y para qué quieres buscarla?

BELA: ¿Cómo que para qué?

BORIS: ¿Para qué?

BELA: Para que le demuestres de lo que tú eres capaz.

BORIS: Es que no tiene sentido.

BELA: Y para que sepa que de nosotros nadie se burla.

BORIS: ¿De nosotros?

BELA: Así que vístete y vámonos que pa luego es tarde.

BORIS: ¿Cómo que de nosotros?

BELA: Y si encontramos al tipo con ella también le daremos su merecido.

BORIS: No eres Randall el justiciero.

BELA: Te voy a decir lo que vamos a hacer.

BORIS: ¡A mí no me das órdenes!

BELA: A ella la vamos a amarrar de espalda a la cama….

BORIS: Ni lo pienses…

BELA: … y después se lo vas a comer.

BORIS: No quieras calmar tus ansias por las ajenas.

BELA: Y cuando la tengas hasta donde dice made in Japan le vas a preguntar: ¿quién la tiene más grande, Adebisi o yo?

BORIS: Te recomendé que no vieras la serie Oz.

BELA: Y después que la hagas gozar como nadie y te la goces bien gozá, la tendrás detrás de ti para siempre suplicándote que la perdones y no la dejes nunca.

BORIS: No la conoces.

BELA: Pero si después de gozártela y vengarte no quieres seguir con ella, le cortamos la cabeza y la echamos río abajo.

Se escucha Camino del Puente interpretado por Roberto Ledesma. Bela canta.

BORIS: ¡Tú estás loco!

BELA: Déjame contarte.

BORIS: ¡Estás más loco que Papito!

BELA: Hace años una mujer me las pegó cuando estaba en Nueva York enfriándome del problema aquel que tuve con la nena aquella que se me metió debajo y tuve que demostrarle la clase de macho que soy y después dijo que la había obligado en el motel.

BORIS: Pero si todos saben que la forzaste.

BELA: ¡No la forcé!

BORIS: Le vi las marcas.

BELA: Se las hizo el tipo con el que vivía.

BORIS: ¡Fuiste tú!

BELA: Cuando me contaron que esa mujer me las pegó, juré vengarme.

BORIS: En la venganza, eres implacable.

BELA: Me monté en un avión y llegué al pueblo. La mujer estaba tendiendo ropa a altas horas de la noche. Me puse una máscara de luchador, la de Santo, la agarré por la espalda y con una navaja Gillete le corté la cara y luego me fui a Nueva York.

BORIS: ¡Cobarde!

BELA: Al otro día ella me llamó y me contó la tragedia de su vida.

BORIS: ¡No me cuentes más!

BELA: Le dije que no se preocupara, que me encargaría de ese asunto.

BORIS: ¡Cállate!

BELA: Me lo agradeció en el alma y dijo que me quería.

BORIS: ¡Eres un mostro!

BELA: Cuando volví a la isla del encanto, …

BORIS: ¡Eres un hijo de puta!

BELA: ¡Maldita sea mi vida gris!

BORIS: ¡Maldita sea!

Pausa larga.

BELA: La quería, pero me la quitó. Cuando ya la tenía convencida de que se fugara conmigo, me la quitó. Y no se lo perdono. Él va a saber quién soy. Él me ha visto actuar contra los demás, pero lo que estoy pensando lo va a hacer llorar y a arrepentirse de mí. Le voy a dar donde más le duela. Lo voy a doblegar.  La quería. Era mi esperanza. Le había prometido que cambiaría. Que con ella sería otro hombre. Ella me creía, estaba enamorada de mí y yo estaba enamorado de ella. La quería. Me quería. Nos queríamos. Pero lo impidió. Siempre está en mi contra. Parece que le gusta verme revolcado en el fango. Cuando quiero dejar de ser quien soy, cambiar y tener una vida nueva, se interpone en mi camino y me impide ser feliz en esta vida. Ella era hermosa. Vino a este pueblo a buscarme, a redimirme y a amarme. Desde el primer día que nos vimos nos dimos cuenta de que nos amábamos. Pero me la quitó del camino. Por envidia. Porque me prefirió a mí, solo a mí.

BORIS: ¿Qué le pasó?

BELA: ¿A quién?

BORIS: A tu amor.

BELA: ¿Cuál?

BORIS: Hablo de la mujer que mutilaste.

BELA: ¿Que mutilé?

BORIS: La que usaste la Gillette.

BELA: La mutiló Santo, el enmascarado de plata.

BORIS: Pero tu rostro estaba detrás de la máscara.

BELA: Era y no era yo, ¿entiendes?

BORIS: Te hablaba de esa mujer.

BELA: Pero si no estoy hablando de esa civilización antigua.

BORIS: ¿No?

BELA: Si ya ni me acordaba…

BORIS: ¿Y de quién estás hablando?

BELA: De ella.

BORIS: ¿De quién?

BELA: Hablo de un nuevo amor.

BORIS: ¿Estás enamorado?

BELA: Pues claro que sí.

BORIS: ¿Enamorado?

BELA: No tengo un corazón de piedra.

BORIS: No me habías contado.

BELA: ¿No?

BORIS: No.

BELA: Pero… qué memoria la mía.

BORIS: Padeces de amnesia cuando te conviene.

BELA: Tiene que ser un efecto secundario del medicamento.

BORIS: Definitivo.

BELA: Definitivamente.

BORIS: Cuéntame.

BELA: Me duele.

BORIS: ¿Crees que estoy contento?

BELA: Ella…

BORIS: Termina la oración.

BELA: Perdió la vida.

BORIS: ¿Cómo?

BELA: En un accidente de auto.

BORIS: Lo siento.

BELA: ¿Qué es la vida?

BORIS: Mis condolencias.

BELA: Gracias, hermano.

BORIS: Mi más sentido pésame.

BELA: No somos nada.

BORIS: Te acompaño en los sentimientos.

BELA: ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!

BORIS: ¡Esos malditos conductores borrachos!

BELA: Era hermosa.

BORIS: Como la muchacha que apareció en primera plana…

BELA: Entonces, lo sabías…

BORIS: ¿Qué debía saber?

BELA: Esa muchacha del accidente era mi amor.

BORIS: ¿Ella?

BELA: ¿Verdad que era hermosa?

BORIS: Preciosa.

BELA: Era bella.

BORIS: Era perfecta.

BELA: Era como una diosa.

BORIS: Una Venus.

BELA: En el periódico pusieron una foto de su cara.

BORIS: Hermosa, hermosa.

BELA: Y tenía un cuerpo escultural.

BORIS: Me imagino.

BELA: Una obra de arte perfecta.

BORIS: Sí, un desafío a los sentidos.

BELA: “¿Por qué sus alas tan cruel cortó la vida?”

BORIS: “¿Por qué esa mueca siniestra del destino?”

BELA: Se nace para sufrir.

BORIS: Y también para morir.

BELA: La vida es sufrimiento y muerte.

BORIS: Cuando los vemos sufrir y morir…

BELA: Uno se pregunta…

BORIS: Pero la respuesta…

BELA: Quiero que me acompañes.

BORIS: ¿Adónde?

BELA: Al cementerio.

BORIS: ¿A qué?

BELA: Pero no ahora, sino en la noche.

BORIS: ¿Qué vas a hacer allí?

BELA: El amor.

BORIS: ¿Qué?

BELA: Voy a amarla.

BORIS: ¿A quién?

BELA: ¿Cómo a quién?

BORIS: Dímelo.

BELA: A ella, a mi amor.

BORIS: Pero…

BELA: Qué importa.

BORIS: Importa muchísimo.

BELA: El amor no reconoce barreras.

BORIS: Poesía barata de folletín.

BELA: El amor no tiene tiempo.

BORIS: ¿Sabes qué quieres hacer?

BELA: No puedo contener mi pasión.

BORIS: Quieres cometer un acto abominable.

BELA: Quiero amarla.

BORIS: Es contra la ley.

BELA: ¡Al carajo la ley!

BORIS: Está muerta.

BELA: Y está viva también.

BORIS: ¿Cómo?

BELA: Ella me visitó y me dijo: “Tenemos que amarnos antes de que me enfrié y me pudra. Quiero darte mi belleza. No me aceptarán virgen en el cielo. Te esperaré esta noche, mi amor”.

Se escucha el bolero Los Dos del Trío Los Panchos. Bela canta y baila.

BORIS: Voy a llamar a tu doctor y decirle que estás alucinando.

BELA: Me quedan medicamentos.

BORIS: No puedes seguir cómo vas.

BELA: Pero sí yo estoy bien.

BORIS: Bien loco es lo que estás.

BELA: Si te atreves a levantar ese teléfono, te juro…

BORIS: ¿Qué?

BELA: Que no respondo de mis actos.

BORIS: ¿Y crees que soy manco?

BELA: Sabes cómo me pongo cuando me provocan y me violento.

BORIS: ¿Serías capaz de actuar contra este sensei del Kung Fu?

BELA: No, no lo soy. Pero no olvides que soy Bruce Lee.

BORIS: Por eso, déjame ayudarte….

BELA: Quiero que vengas conmigo para que vigiles y no permitas que nada ni nadie nos impida la luna de miel. Después que ella y yo terminemos de amarnos, enciérrame en un hospital y no permitas que salga nunca más a la calle. Quiero amarla, porque la amo. Tampoco se puede desobedecer la voluntad de los muertos.

BORIS: No cuentes conmigo para que te ayude en tu crimen.

BELA: ¿Crimen?

BORIS: Sí, así como lo oyes, eso es lo que quieres hacer.

BELA: ¿Me estás llamando delincuente?

BORIS: ¿Quieres convertirte en un criminal?

BELA: Responde mi pregunta.

BORIS: ¿Ser más famoso que el Dr. Hannibal Lecter?

BELA: Hay que transgredir…

BORIS: Pero no con ese asunto.

BELA: A tu vida le falta una culpa para que seas feliz.

BORIS: Mi vida…

BELA: Necesitas ensuciarte en el fango.

BORIS: Yo…

BELA: Sentirte un miserable por tus acciones…

BORIS: Estás…

BELA: Que la conciencia te torture…

BORIS: Mi…

BELA: Y quieras quitarte la vida.

BORIS: No…

BELA: No te pido que participes, sólo que vigiles mientras lo hacemos.

BORIS: Sería tu cómplice.

BELA: Eres mi…

BORIS: Porque lo sea no me obliga a…

BELA: Tienes que ayudarme a ser feliz con ella.

BORIS: Comprende que quieres cometer una locura.

BELA: ¿Dónde está tu amor por mí?

BORIS: Pero…

BELA: Demuéstrame tu misericordia.

BORIS: ¿Estás leyendo a Dalai Lama?

BELA: ¿Me vas a ayudar o no?

BORIS: No.

BELA: Entonces, me voy solo.

BORIS: Espera.

BELA: ¿Alguna vez sentiste que la pasión te abrasa por dentro?

BORIS: No es pasión, se llama locura.

BELA: “El amor es una enfermedad del alma”.

BORIS: Usa la razón.

BELA: ¿La razón?

BORIS: El sentido común.

BELA: ¡Para Vigo me voy!

Se escucha Para Vigo me voy interpretado por la orquesta de Xavier Cugat. Bela baila y canta.

BORIS: Recapacita.

BELA: Adiós.

BORIS: ¿Qué quieres comer?

BELA: Se me hace tarde.

BORIS: ¿Qué quieres comer?

BELA: Y no quiero llegar tarde a esa cita.

BORIS: ¿Qué quieres comer?

BELA: ¿Qué dijiste?

BORIS: Lo que escuchaste.

BELA: Repítelo, sabes que soy medio sordo.

BORIS: Y terco también.

BELA: Puede ser.

BORIS: ¿Qué quieres que te prepare de comer?

BELA: ¿Lo estás diciendo en serio o me estás jodiendo?

BORIS: En serio.

BELA: Parece un chiste.

BORIS: Pero no lo es.

BELA: Tú eres un hombre serio.

BORIS: ¿Qué apeteces?

BELA: ¿Vas a…?

BORIS: Sí.

BELA: ¿Estás bien?

BORIS: Perfectamente.

BELA: Gracias.

BORIS: ¿Qué vas a comer?

BELA: Lo que quieras.

BORIS: Hoy puedo sorprenderte.

BELA: ¿Te quedan cartas debajo de la manga?

BORIS: Un verdadero mago es impredecible.

BELA: Entonces, sorpréndeme.

BORIS: ¿Comida italiana o francesa?

BELA: Mis comidas favoritas.

BORIS: Te dije que te iba a sorprender.

BELA: Y lo has hecho.

BORIS: ¿Cuál quieres?

BELA: Quiero las dos.

BORIS: ¿Italiana o francesa?

BELA: ¿Por qué no las dos?

BORIS: Reglas de la casa.

BELA: Podemos cambiarlas.

BORIS: No lo permite la tradición.

BELA: La vida exige cambios.

BORIS: La vida tiene que cambiar para que siga igual.

BELA: Eso es de una película.

BORIS: ¿Cuál quieres?

BELA: Escoge por mí.

BORIS: No. Tú tienes que elegir.

BELA: ¿Te acuerdas de Sartre?

BORIS: ¿De cuál sastre?

BELA: Hablo de Jean Paul Sartre.

BORIS: El filósofo bizco y cabezón.

BELA: ¿De qué era que filosofaba?

BORIS: De la elección y el compromiso.

BELA: Pero también hablaba de las, ¿consecuencias?

BORIS: Sí.

BELA: ¿Cuál era la tesis?

BORIS: Que había que asumirlas.

Pausa.

BELA: Francesa.

BORIS: ¿Estás seguro?

BELA: No me hagas dudar.

BORIS: La duda es el principio del conocimiento.

BELA: ¿Qué difícil es decidir?

BORIS: ¿Italiana?

Pausa.

BELA: Francesa.

BORIS: Siéntate.

BELA: Gracias.

BORIS: De nada.

BELA: Está limpia. Qué rica huele. Da gusto comer en una mesa limpia y olorosa.

BORIS: La limpié especialmente para ti con los detergentes que te gustan.

BELA: ¿Con el de las narices?

BORIS: Las narices lo saben.

BELA: ¿Tú crees?

BORIS: Quién sabe.

BELA: Eres el único que me ha tratado bien.

BORIS: No exageres.

BELA: El único que me ha ayudado con mis problemas.

BORIS: ¿Para qué está ella?

BELA: ¿Ella?

BORIS: Sabes de que estoy hablando.

BELA: Para terminar de joder a uno.

BORIS: Pero yo no soy ella.

BELA: Tú eres mi amigo fiel.

Se escucha Yo soy tu amigo fiel de la película Toy Story. Boris canta y baila.

BORIS: ¿Qué deseas beber?

BELA: Vino.

BORIS: ¿Blanco o tinto?

BELA: Tinto.

BORIS: ¿Cabernet Sauvignon o Merlot?

BELA: Cabernet.

BORIS: Tengo una botella de Saint-Émilion.

BELA: Perfecto.

BORIS: Me alegro de que estés contento.

BELA: No es para menos.

BORIS: Te lo mereces.

BELA: Me estás tratando como un rey.

BORIS: Eres King George.

BELA: Muchas gracias.

BORIS: Es un honor servirte.

BELA: Tus halagos…

BORIS: ¿Algún aperitivo?

BELA: Ensalada romana.

BORIS: ¿Dressing?

BELA: Blue cheese.

BORIS: En seguida vuelvo.

BELA: Espera.

BORIS: Dime.

BELA: Gracias.

BORIS: ¿Por qué?

BELA: Por cocinar para mí.

BORIS: Sabes que es un placer hacerlo.

BELA: Y te lo agradezco.

BORIS: No tienes que agradecerme nada.

BELA: Porque somos lo que somos.

BORIS: Te doy las gracias por visitarme.

BELA: Esta será mi última cena en tu casa.

BORIS: ¿La última?

BELA: Sí, estoy seguro.

BORIS: ¿No volverás a visitarme los sábados?

BELA: Quisiera…

BORIS: ¿Qué te lo impide?

BELA: No dependerá de mí.

BORIS: ¿Dónde está tu voluntad de hierro?

BELA: No me lo permitirán.

BORIS: ¿Quiénes?

BELA: Ellos.

BORIS: Hablaré con el médico.

BELA: Y perderás el tiempo.

BORIS: Entonces, hablaré con el juez.

BELA: No me llevarán al manicomio.

BORIS: ¿No?

BELA: No.

BORIS: ¿Adónde te llevarán?

BELA: Imagínate.

BORIS: ¿Qué hiciste?

BELA: Una imprudencia.

BORIS: ¿Qué?

BELA: Violé la ley.

BORIS: ¿Te formularon cargos por meterte con la hija del supervisor?

BELA: No.

BORIS: ¿Por robarle a la empresa?

BELA: Tampoco.

BORIS: Entonces, ¿por qué?

BELA: Porque… la amé… en el cementerio.

BORIS: Dios mío.

BELA: ¡No lo menciones!

BORIS: ¿Cuándo?

BELA: Anoche.

BORIS: ¿Fuiste solo?

BELA: Fui con mi soledad.

BORIS: ¿Alguien te vio?

BELA: No lo sé.

BORIS: Estoy seguro de que te vieron.

BELA: Es lo que presiento.

BORIS: Dios te vio.

BELA: ¡No me menciones más a Dios!

BORIS: Pero… cómo te dejaste llevar por esa locura.

BELA: Fue por amor.

BORIS: ¿Amor?

BELA: ¡Sí, amor!

BORIS: ¡Eres un maldito pecador!

BELA: ¡No me juzgues!

BORIS: Me parece que debes irte a Nueva York.

BELA: Me conozco la ciudad.

BORIS: Siempre hay nuevos lugares que visitar.

BELA: Ya estoy cansado de ser El fugitivo.

BORIS: Si te quedas, te arrestarán.

BELA: Que me arresten.

BORIS: Debes irte ya.

BELA: Sabes, no me siento culpable.

BORIS: Lo que faltaba, que te vanaglories de tu acto.

BELA: Por primera vez, fui feliz.

BORIS: ¿Cómo puedes decir…?

BELA: Porque lo fui. Porque lo sentí. Porque lo viví.

BORIS: Te lo imaginaste.

BELA: Amarla fue descubrir el paraíso.

BORIS: Con tu acto, te condenaste.

BELA: No me pueden condenar: descubrí el valor de la libertad.

BORIS: No estamos en una clase de filosofía.

BELA: Y cuando se es libre, ¿qué más se puede pedir a la vida?

BORIS: Confundiste una palabra con la otra.

BELA: Puede ser que esté confundido.

BORIS: De que estás confundido no tengo duda.

BELA: Puede ser que el mundo sea una confusión.

BORIS: El mundo es como es.

BELA: Pero fui feliz.

BORIS: ¿Fuiste feliz?

BELA: Sí, fui feliz.

BORIS: ¿Fuiste feliz con tu acción?

BELA: La felicidad es fugaz como la vida.

BORIS: ¿Qué se necesita para ser feliz en este mundo?

BELA: Amar.

BORIS: ¿Amar?

BELA: Y estar dispuesto a sacrificarse por ese amor…

BORIS: Aunque uno tenga que transgredir…

BELA: De eso se trata, de transgredir por amor.

BORIS: Me cuesta mucho entenderte.

BELA: ¿Quién se entiende?

BORIS: Quizá nadie.

BELA: Quisiera entenderte.

BORIS: Me gustaría lograrlo.

BELA: Con un poco de esfuerzo, lo lograrás.

BORIS: Eres un enigma.

BELA: Eres un misterio también.

BORIS: Todos somos un misterio.

BELA: Esa es la definición de la vida.

BORIS: ¿Crees que vendrán por ti?

BELA: Tarde o temprano, el gato caza al ratón.

BORIS: Entonces, debemos llamar a tu psiquiatra y a mi abogado.

BELA: Llamamos después.

BORIS: Después puede ser tarde.

BELA: No tengo prisa.

BORIS: Pero ellos sí la tienen.

BELA: Tengo hambre.

BORIS: Lo sé.

BELA: Mucha hambre.

BORIS: Tenemos que resolver tu problema.

BELA: Quiero comer.

BORIS: Voy a…

BELA: ¿Sabes en quién estoy pensando?

BORIS: ¡Cómo me gustaría ser adivino!

BELA: Es extraño.

BORIS: Si tú lo dices.

BELA: Acaba de pasarme lo que le pasó al El Che.

BORIS: A Guevara lo acribillaron en Bolivia.

BELA: En el diario escribió….

BORIS: En un momento difícil pensó en un cuento de Jack London.

BELA: Pero no pensé en él.

BORIS: Entonces, ¿en quién?

BELA: En Iván Karamazov.

BORIS: ¿El hermano de Alexis?

BELA: El hermano de Dimitri también.

Pausa.

BORIS: Bueno, voy por el vino.

BELA: No olvides traer dos copas.

BORIS: ¿Dos?

BELA: En esta ocasión, no quiero beber solo.

Boris sale. Se escucha Perdón interpretado por Daniel Santos. Bela siente profundo. Al terminar el bolero, Boris sale de la cocina.

BORIS: ¿Se puede saber por qué carajo no está preparada mi comida?

Boris y Bela ríen a carcajadas observando a los espectadores. Se escucha Mambo No. 5 interpretado por la orquesta de Xavier Cugat. Ellos bailan, riéndose.


Carlos Canales (1955), dramaturgo, narrador y educador. Graduado Magna Cum Laude de la Universidad de Puerto Rico en Ciencias Políticas, Drama y Educación. Obtuvo el grado de maestría en español en University of Connecticut. Ha enseñado en University of Connecticut y Eastern Connecticut State University, entre otras. Ha estrenado más de 30 obras. Ha publicado: María del Rosario (1986), Vamos a seguir bailando (1993), Margie (1994), Vórtice (1994), Teatro (2002), Salsa, tango y locura (2003), Bony and Kin (2004), El cine del pueblo (2004), Luz Celeste (2004), ¡Qué bueno está este país! (2004), La casa de los inmortales (2004), Trilogía de los dictadores (2006), Ecuajey (2006), Los intocables (2006), El Generalísimo Brujillo (2008, 2012), ¡Maldita sea el Capitán América! (2013, 2017), A la Luz de la Luna (2015), Teatro del lado de allá (2016), Mai (2021) y Salsa, tango y locura (2021). Sus obras se han representado en México, Argentina, España, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Costa Rica, República Dominicana y Perú. Varias de sus obras se han traducido al inglés y algunas son texto en universidades norteamericanas, europeas y latinoamericanas. Ha dictado talleres y conferencias de teatro y narrativa en diversos países latinoamericanos, europeos; y en universidades de Estados Unidos como Union College en NY, Connecticut College y la Universidad de Carolina del Norte. Sus cuentos se han publicado en la revista Letralia, Letras Salvajes, en el periódico El Post Antillano y en Leamos cuentos y crónicas latinoamericanas. Su primer libro de cuentos fue Los Hombres de los Rostros Tristes (2015) al que siguió Faustine Azul y otros cuentos (2019). Su primera novela fue El pájaro rojo (2018). Además, algunos de sus cuentos se han leído en el programa Radio Ficción por las Noches de Argentina.


Foto portada tomada de: https://bit.ly/3QOu5Qr

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