Por Diego Alejandro Gallegos Rojas

Hay hermanos de sangre que llegan sin ser escogidos, pedidos por nosotros. Hay hermanos que, sin llevar nuestros apellidos, paternos y maternos la vida nos puso en el camino. Ellos son ángeles sin alas, son de carne y sangre, pero hacen la diferencia porque están ahí sosteniéndonos con su aliento, con su fe intacta y que aún en la ausencia se siente permanentemente su presencia.
A Lorena Isabel la conocí en Quito, Ecuador en el año 2007, fue en la oficina de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana del Ecuador. La coherencia de los Derechos Humanos fue los que nos unió y nos sigue uniendo en el camino caminado por los mismos y otros caminos…
Son esas amistades que perduran más allá del tiempo, de la distancia y que aún en la lejanía se sostienen como el primer día.
Lorena Isabel huele a amistad de esas que aún en la ausencia hacen presencia. Son amistades que nunca se han marchado ni se han marchitado, están presentes y a su manera nos hacen una perfecta y eterna compañía. Son amistades que abrigadamente nos abrigan el corazón, lo robustecen, lo hacen más sensible, más humanamente humano. Y así es la amistad que tengo y mantengo con Lorena Isabel.
La amistad es como las raíces de los árboles que por más que deseen cortarlos se resisten a separarse, a desprenderse de la tierra. Y es así la amigable amistad con mi amiga Lorena Isabel. Qué a veces se pregunta, si tal vez ya nos conocimos por otros rumbos, en otros cielos, en otros vientos, y mares, si ya nos conocimos en anteriores vidas, en versos sueltos, en la lluviosa lluvia que nos remoja el alma, nos alivia el corazonado corazón, el corazón corazonado. Y que ahora solo nos reencontramos para perfeccionar el oloroso olor de la primavera, de la amistad que seguro empezó antes de que naciera el silencio o se despierte el sueño de todos los soñados sueños, de los sueños soñados o el bostezo del mismo Dios.
Lorena Isabel hace que la sonrisa sonría, que la risa ría y hasta que se alegre la alegría. Ella hace que la amistad sea más amistad amistosa, más amistosa amistad.
¿Los amigos nos acompañan por azar, porque así lo quiso Dios, la vida o qué se yo? Los amigos no son casuales, llegan por un propósito a nuestras vidas, algunos se van sin despedirse, otros permanecen y dejan huella. Los amigos quienes, sin tener parte de nuestra sangre, también la llevan, es como si se hubieran hecho una transfusión de sangre y ya son parte también de nuestra esencia, de nuestra familia, incluso son mejores hermanos que los de la partida de nacimiento. Los amigos llegan como regalo de Dios, con toda su envoltura para envolvernos de savia nueva, refrescante, renovadora…
A Lorena Isabel la acompaña su compañero de ruta, de vida, Humberto y sus cuatro hijos. Todos sus tres hijos son quiteños, a excepción de la pequeña Andrea, quien es madrileña, nació en España cuando Lorena Isabel cumplía una destacada misión en la embajada ecuatoriana, allá en Madrid. Allí permaneció desde el 2009 hasta el 2012 en el Consulado General del Ecuador en la madrileña Madrid. Fue responsable del área legal. Yo en ese tiempo, en el año 2010, me encontraba en Mozambique, África cumpliendo también mi misión de vida, haciendo la conscripción civil, desde el voluntariado, la solidaridad, la generosidad, la empatía y así contribuir para tener una mejor humana humanidad, una humanidad humana.
Lorena Isabel, Mujer de Piscis, de agua, de biodanza, de sabiduría… La sabiduría no nos da los años. Son las experiencias las que nos hacen sabios, prudentes, discretos, luminosos, infinitos… infinitos, luminosos, discretos, prudentes, sabios…
Desde abril del 2017 y hasta abril del año 2018 estuvo de misión diplomática en el Consulado del Ecuador en Chicago, Estados Unidos. Fue un reto que lo cumplió con profesionalismo, responsabilidad y con un gran amoroso amor sirviendo al país y a nuestra gente. Y así lo sigue sirviendo.
Lorena Isabel, el 1ro. de abril del 2022, celebró sus primeros 20 años en el servicio exterior ecuatoriano. Y lo celebra en una nueva misión diplomática en tierras españolas, por tierras de la bella Andalucía: la malagueña Málaga. Ella, mujer de fe, creyente, le agradece a Dios por tanto aprendizaje aprehendido y desaprehendido. Para Lorena Isabel todos estos años han sido y son de crecimiento personal, profesional y humanamente humano.
Es una bendición y un privilegio contar con tu amistosa amistad: Lorena Isabel.
Diego Alejandro Gallegos Rojas (Loja-Ecuador). Ensayista y escritor. Máster en Derechos Fundamentales, Universidad Carlos III Madrid, España. Especialista Superior en Derechos Humanos Instructor de Desarrollo Humano, Mozambique, África. Observador Internacional de Derechos Humanos como Acompañante Ecuménico en Palestina e Israel. Como escritor ha publicado el libro de cuentos La orgía de los gusanos (2017).