Por Diego Alejandro Gallegos Rojas

Iván habla fuerte, con un eco profundo que retumba el ambiente. Por el acento, es español, pero no de Andalucía, ni de Aragón, ni de Galicia, su acento es madrileño, de la Puerta del Sol, de la Plaza Elíptica, de la Gran Vía o de Carabanchel. Ha hecho de Quito su hogareño hogar desde hace muchos años.
Es viernes, asisto al Club del libro del Fondo de Cultura Económica “Carlos Fuentes”. Leemos y comentamos algún libro previamente escogido. Y ahí lo conozco a Iván, quien en ese momento comenta y aclara sobre un término que en España es muy diferente a lo que se entiende en Ecuador. Luego de finalizar las lecturas del Club de libro a las 21h00 aproximadamente, algunos lectores caminamos pocas cuadras hacia un “shawarman” que se encuentra en la esquina de las calles Diego de Almagro y Baquerizo Moreno, cerca del parque Gabriela Mistral. Entramos al “shawarman” y continuamos con la tertulia. Hablamos sobre la vida. Y ahí también nos acompaña Iván.
Es sábado, 16:00 hrs., 4 de la tarde. Me encuentro en el Club de lectura Bibliogatos que funciona por el sector del parqueadero, en la misma librería del Fondo de Cultura Económica “Carlos Fuentes”, ubicado en la Av. 6 de Diciembre y Colón. Y ahí está Iván hablando con convicción sobre los microcuentos. A pesar de que él es un experto escribiéndolos, a su manera, los cuestiona, especialmente, en el tratamiento de los finales de la historia porque considera que es igual o más de lo mismo. Sin egoísmos comparte también sus libros digitales a través de su WhatsApp.


A Iván lo invité alguna vez al programa “Godié Cultural” para entrevistarlo sobre su experiencia literaria, sobre su “proyecto autodidacta”, sobre sus microcuentos, sobre sus anhelados anhelos… pero por asuntos de agenda de él, no se realizó la entrevista en la radio online del Colegio de Médicos de Pichincha.
Llegó la pandemia y la humanidad obligadamente nos refugiamos como cavernarios contemporáneos en nuestras cavernas modernamente desmodernizadas. Sin embargo, él no se detuvo en sus proyectos profesionales, mediante sus redes sociales promocionaba sus cursos digitales.
La noticia me sorprendió, nos sorprendió. El jueves 14 de octubre, 2021, Iván Lasso Clemente nuestro hermano de letras, de lecturas, falleció de un infarto al corazón.
La vida es un gran bostezo que atrapa a la muerte para que sea parte de ella. La muerte se traga a la vida para convivir siempre con ella.
Me permito sugerir con todo respeto que el Club de Libro lleve el nombre de Iván Lasso, como gratitud por todo lo que hizo en vida y apoyo desinteresado para que el club del libro del Fondo de Cultura Económica se mantenga vigente aún en tiempos de covid-19, en años de pandemia.
Mis sentidas condolencias para su señora madre, que le llegue hasta allá mi abrazo solidario en la recordada Madrid. Para Deena, su gatita que, aunque arisca, extraña su presencia, su comida, sus caricias… Iván ya no está con ella. Ya no está con sus amigos, con nosotros…
Iván seguro en el cielo está escribiendo, leyendo sus microcuentos en otros clubs de libros, de lecturas… Y ahora es aplaudido con los aplausos hasta del mismo Dios.
Diego Alejandro Gallegos Rojas (Loja-Ecuador). Ensayista y escritor. Máster en Derechos Fundamentales, Universidad Carlos III Madrid, España. Especialista Superior en Derechos Humanos Instructor de Desarrollo Humano, Mozambique, África. Observador Internacional de Derechos Humanos como Acompañante Ecuménico en Palestina e Israel. Como escritor ha publicado el libro de cuentos La orgía de los gusanos (2017).