Por Juan Bautista de Aguirre
(Compilado en el volumen Poesías y obras oratorias de Juan Bautista de Aguirre, Quito: Imprenta del Ministerio de Educación, pp. 32-38)

(Extracto de una carta poco seria escrita por el autor a su cuñado don Jerónimo Mendiola, describiendo a Guayaquil y Quito)
Dichoso paisano en quien con diversísimos modos se miran los dones todos, todas las prendas se ven, perdone si en parabién de tu carta no te da algo mi amor, porque ya cuanto yo darte podía, que era la voluntad mía, tú te lo tienes allá. Demostrarme agradecido hoy mi empeño viene a ser, y para poderlo hacer de estos versos me he valido; recíbelos advertido de que si aun el don mayor solo recibe valor del amor de quien lo da, inmenso mi don será, pues es inmenso mi amor. Contarte un pesar intento por ver si puedo lograr el que mi propio pesar sirva de ajeno contento; escúchame, pues, atento, que ya mi triste gemido empieza a dar condolido dos efectos a mi canto, pues lo que en mi voz es llanto será música en tu oído. (Guayaquil) Guayaquil, ciudad hermosa, de la América guirnalda, de la tierra bella esmeralda y del mar perla preciosa, cuya costa poderosa abriga tesoro tanto, que con suavísimo encanto entre nácares divisa congelado en gracia y risa lo que el alba vierte en llanto. Ciudad que es por su esplendor, entre las que dora Febo; la mejor del mundo nuevo y hoy del mundo la mejor; abunda en todo primor, en toda riqueza abunda, pues es mucho más fecunda en ingenios, de manera que, siendo en todo primera, es en esto sin segunda. Tribútanle con desvelo, entre singulares modos, la tierra sus frutos todos, sus influencias el cielo; hasta el mar con que anhelo soberbiamente levanta su cristalina garganta para tragarse esta perla, deponiendo su ira al verla le besa humilde la planta. Los elementos de intento la miran con tal agrado, que parece se ha formado de todos un elemento: ni en ráfagas brama el viento, ni son fuego sus calores, ni en agua y tierra hay rigores y así llega a dominar en tierra, aire, fuego y mar, peces, aves, luces, flores. Los rayos que al sol regazan allí sus ardores frustran, pues son luces que la ilustran y no incendios que la abrasan; las lluvias nunca propasan de un rocío que de prisa al terreno fertiliza y que equivale en su tanto de la aurora al tierno llanto, del alba a la bella risa. Templados de esta manera calor y fresco entre sí, hacen que florezca allí una eterna primavera; por lo cual si la alta esfera fuera capaz de desvelos, tuviera, sin duda, celos de ver que en blasón fecundo abriga en su seno el mundo ese trozo de los cielos. Tanta hermosura hay en ella que dudo, al ver su primor, si acaso es del cielo flor, si acaso es del mundo estrella; es, en fin, ciudad tan bella que parece en tal hechizo, que la omnipotencia quiso dar una señal patente que está en el Occidente el terrenal paraíso. Esta ciudad primorosa, manantial de gente amable, cortés, discreta y afable, advertida e ingeniosa, es mi patria venturosa; pero la siempre importuna crueldad de mi fortuna, rompiendo a mi dicha el lazo, me arrebató del regazo de esa mi adorada cuna. (Quito) Es su situación tan mala, que por una y otra cuesta la una mitad se recuesta, la otra mitad se resbala; ella sube y se cala por cerros, por quebradones, por guaicos y por rincones y en andar así escondida bien nos muestra que es guarida de un enjambre de ladrones. Tan empinado es el talle del sitio sobre que estriba, que se hace muy cuesta arriba el andar por cualquier calle; no hay hombre que no se halle la vista en tierra clavada, porque es cosa averiguada que el que anda sin atención, cae, sino en la tentación, en una cosa privada. ……… Las sillas de mano aquí se miran como a porfía y te aseguro, a fe mía, que tan malas no las vi; luego que las descubrí por unos lados y otros, viendo los asientos rotos y quebradas las tablillas, dije: bien pueden ser sillas, mas yo las tengo por potros. ……… A cualquier forastero, con extraña cortesía, sea de noche, sea de día le quitan luego el sombrero; y si él no trata ligero de tomar otra derrota, le quitan también sin nota estos corteses ladrones la camisa y los calzones hasta dejarlo en pelota. Andan como las cigarras gritado por estas sierras que son leones en las guerras y lo son solo en las garras; para hurtar estos panarras con sutileza y con tiento son todos un pensamiento, de suerte que yo he juzgado que en las uñas vinculado tienen el entendimiento. El que es noble gamonal algún obraje procura y de esta suerte asegura tener en jerga el caudal. Los quiteños, por su mal, entablaron desdichados estos obrajes malvados, pues con esperanzas vanas van al obraje por lanas y se vuelven trasquilados. …… A todos con gran certeza de frailes les acredito, pues todos en este Quito hacen voto de pobreza; pero el fausto, la grandeza y la gala es incesante, pues aquí, como es constante, se estudia con grande aprieto la comedia de Moreto nombrada “Trampa Adelante”. Cualquier chisme o patarata lo cuentan por novedad y para no hablar verdad tienen gracia gratis data: todo hombre en lo que relata miente o a mentir aspira; mas esto ya no me admira, porque digo siempre: ¡Alerta! Solo la mentira es cierta y lo demás es mentira. Mienten con grande desvelo; miente el niño, miente el hombre y, para que más te asombre, aun sabe mentir el cielo; pues vestido de azul velo nos promete mil bonanzas y muy luego, sin tardanzas, junta unas nubes rateras y nos moja muy de veras el buen cielo con sus chanzas. …….. Este es el Quito famoso y te lo digo, jocundo, que es el sobaco del mundo viéndolo tan asqueroso. ¡Feliz tú! que de dichoso puedes llevarte la palma, pues gozas en dulce calma de ese suelo soberano, y con esto, adiós, hermano. Tu afecto Juan de buen alma.
Juan Bautista de Aguirre (1725-1786). Escritor, poeta, orador, sacerdote jesuita. Tras la expulsión de los jesuitas del territorio de Nueva Granada, hoy Ecuador, se exilió en Faenza, Italia. Pronto pasó a vivir en Roma. Su obra, influenciada por Góngora, se mantuvo en manuscritos hasta que fue redescubierto por Gonzalo Zaldumbide en el siglo XX. A partir de este hito su obra empezó a publicarse en forma de libros y separatas.