Por James Martínez Torres
(Colaboración especial para Máquina Combinatoria)
Un impulso, a costa de los nervios que quedan destrozados en habitaciones baratas,
propulsiona la poesía hacia algo que los detectives llaman perfección. Callejón sin salida.
Roberto Bolaño, Amberes
1 Desorden de la mente, desorden de los actos, ausencia de miedo y ciego instinto. En suma: indiferencia que eriza los pelos o algo así, una amenaza. Entonces huir ¿de qué? Estar cerca del otro es sentir el tic tac de una bomba de tiempo: 30 segundos. Y adiós, irreversible suerte. 2 Modos de decir lo mismo, formas de acercarse a una noción oscura, la continuidad o el caos, interferencia entre vidas que transcurren cerca, la rutina y la rabia, el asco, la sospecha de que algo falta o sobra. 3 Si me dejo llevar por los deseos, busco, mientras la peste acicala sus víctimas y arroja los muertos por la borda, decretos para esconder la guerra, fraudes procesales. La gente sale a trabajar con las manos vacías Y un oscuro propósito que azota, demolición del día, el orden es gestión de sangre y hay que amar y armarse contra todo, asumirlo todo, nunca resignación, y las cosas sin freno, sin gravedad, como en los malos sueños. 4 Y la muerte pisándonos la sombra, la confusión de vivir, pintando claroscuros, acordes claros, discursos contenidos. Así va la vida, con visiones discretas que se pierden entre la gente. Es un esfuerzo sobrehumano pero el amor (lo que parece), accede y gana su lugar. Después del miedo que nos salva en la guerra, hablamos otra vez. Y hay motivos para corregir el rumbo y acampar, con aperos en la sombra. 5 Y a veces, la dislexia de la desesperación, escribir consonantes enloquecidas y corregir, procurando que la frase no pierda intensidad, traduciendo un movimiento de moléculas que se acoplan y escapan en plena realidad, su círculo babélico, su rumor de fuga. Letras cambiadas, como si me tomaran la mano con que escribo, rebelión de sonido y signo, dan ganas de saltar al cielo, andar hacia atrás, sin modos de explicar y casi nada, solo caravanas que pasan con abulia. 6 Y todo es convención, el sentido es la duda la mirada se pierde y busca, aquí o allá, desaprendiendo y alumbrando, descansos que alivian. Solo el desvelo cuenta, con evidencias para contrastar, sonreír, probando sospechas para mañana.
James Martínez Torres (Guayaquil, 1949). Magíster en Letras Universidad Andina “Simón Bolívar” – Quito, 1996. Docente Especialidad Lengua y Comunicación (Literaturas populares, Literatura Latinoamericana, Literatura Universal, Taller de Lectura), 2000- 2013 Universidad de Machala, Facultad de CC.SS. Director Revista la esquina y la orilla, Números 1, 2 y 3- Casa de la Cultura Núcleo de El Oro, 2002 – 2004. Columnista Revista Primera Plana, Machala, 2010-2013. Informe: “Poéticas del mal-decir: poder y supervivencia en los discursos urbanos de Machala” (tesis de Maestría en Letras), U. andina Simón Bolívar – Quito- 1995. Informe de investigación “Historia de los barrios de Machala y sus relaciones con el poder local” (recolección de Relatos orales)- Centro de Investigaciones Sociales – Facultad de CC.SS. (1999). OBRA PUBLICADA: La ciudad va por los cuerpos respirando (poesía) (Colección “Letras del Ecuador”, Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, 1999). De cuerpos y aprendizajes: sexualidad temprana y salud reproductiva (co – autoría con Haydee Martínez) (Editorial Abya-Yala, 2002). Los planes del reino (poesía) (Colección La H(o)nda de David, Universidad de Cuenca, 2005). El deseo de durar (poesía) (Edición limitada, 2006, Machala). La palabra intrusa, (prosa de opinión y conferencias) (ED. Gobierno Provincial Autónomo de El Oro y Colegio de Sociólogos, 2008). De las voces de otros (ensayos) (Casa de la Cultura de El Oro, Colección Jambelí, 2011). Escrito en hueso (poesía) (Ediciones Rastro de la iguana, Guayaquil, 2015). Material de ruido (poesía), (Cadáver exquisito Ediciones, Guayaquil, 2019).

Foto portada tomada de: https://bit.ly/3Am2fmu