Por Fernando Antolín Morales
(Colaboración especial para Máquina Combinatoria desde España)
Irradias madurez serenidad y un hilito de húmeda cultura ámbar brota de tu oído derecho. Tu presencia gris ceniza recuerda tu vivir flamígero en el que podías con todo te excitabas con todo y arrasabas con todo sin hacer prisioneros. Los días de vivir extraño son ahora cuentos leyendas que contar mientras tuerces una sonrisa agridulce nostálgica y crítica cuya brújula oscila incansable entre el qué-tiempos-aquellos y el más sincero qué-gilipollas-era-entonces. Y en algún quark extraviado en esta difusa horquilla estás tú naufragando en tu pasado irremisible mientras esperas cándidamente en la apacible orilla de tu calmo ser presente. No es la edad no los años ni el incansable tornar de las hojas del almanaque. El tiempo quiebra calcina hastía y astilla pero no forja perspectiva. La experiencia y el ácido dolor que hace muescas en las yemas de tus dedos florecen en tu silencio. El vaivén de un tren de mercancías de camino a Bogotá en el que eras polizona de mis besos. El pálpito desbocado de nuestros corazones al unísono cuando casi nos engulle la lava del Kilauea. Y qué. No era eso. La vida no era eso y hemos necesitado mil trescientas doce lágrimas para por fin comprenderlo. Hoy se ha descolgado un cuadro de mi muro. El cuadro poca pérdida pero en su descenso de aleatoriedad gravitatoria ha arrancado una costra de pintura mostrando la pared que fue y ya no es. Así por un momento la felicidad de otro tiempo ha anegado por segundos mi dormitorio hasta que se ha hecho oscura opaca sin la lucidez incandescente del perpetuo gemir de su momento y he recordado que la nueva mano de pintura fue una mejoría. Y que el gris que adorna ahora nuestros cráneos no es tan solo estela cenicienta de nuestro vivir pirómano sino el sustento alcalino de nuestros sueños comunes en futuro de subjuntivo.
Fernando Antolín Morales (Zaragoza, España, 1984) ha estudiado Matemáticas y Filología Hispánica. Durante los tres últimos años ha organizado un recital de poesía en español en la ciudad de Nitra, Eslovaquia, lo que lo ha animado a dar a conocer su obra. Recientemente, ha sido galardonado con algunos premios y menciones en concursos de América y Europa, donde se han publicado algunas de sus creaciones como poeta, narrador y dramaturgo. Recientemente se ha publicado su primer poemario La esfinge del pino (Multiverso Editorial, 2020). Desde el año 2012 reside en Eslovaquia. Esta es su tercera colaboración con Máquina Combinatoria.

Foto portada tomada de: https://bit.ly/3DEFq0d