Por Jorge Dávila Vázquez
(Colaboración especial para Máquina Combinatoria)

A Mónica Buse
En Caxamarca nada queda de ese anochecer en la mitad del día, en que el príncipe fue humillado y muerto. Y nada de la perfidia de los intérpretes o los ministros. Y nada de la codicia, al parecer inextinguible, de Pizarro y los suyos. Todo ha sido ceniza soplada por el viento implacable de los siglos.
Pero en los cuartos que se llenaron de oro para comprar una libertad perdida para siempre, la sombra inmensa de Atahualpa sigue levantando el brazo para mostrar hasta dónde el oro debía hacer posible lo imposible.
Su inverosímil ingenuidad de hombre pérfido y cruel es todo lo que nos queda, y su sombra, amada más allá de todos sus excesos, claro está.
Jorge Dávila Vázquez (Cuenca,1947). Doctor en Filología por la Universidad de Cuenca, docente, escritor y crítico de arte. Ha publicado libros de cuento, novela, poesía, teatro y ensayo, y ha recibido importantes reconocimientos, como el Premio Nacional Aurelio Espinosa Pólit y el Premio Joaquín Gallegos Lara. La obra de Jorge Dávila consta en antologías nacionales y extranjeras, con textos traducidos al francés, inglés, alemán, portugués, italiano y hebreo. Ha colaborado con revistas y diarios nacionales y extranjeros. (Fuente: Lo que leo: https://www.loqueleo.com/ec/autores/jorge-davila-vazquez)