Los silencios de la lluvia | Rubén Darío Buitrón

Por Rubén Darío Buitrón

(Colaboración especial para Máquina Combinatoria)

En la calle solamente suena el silencio.

El silencio de la lluvia.

El silencio del aguacero y sus gruesas gotas estrellándose contra el pavimento, contra los tejados, contra los patios, contra las terrazas, contra los techos de los autos.

Es el único silencio que se oye.

Nadie escucha el paso del motor de un enorme camión pintado de rojo y cargado de cientos de botellas de Coca-Cola.

Nadie escucha el grito de una mujer agredida en el departamento 204 del segundo piso del edificio Las Gaviotas.

Nadie escucha los pasos lentos y cuidadosos de la banda de ladrones buscando objetos de valor y dinero en la mansión de la familia Calderón Alvarez, que por el feriado decidió viajar a Buenos Aires a dar un paseo.

Nadie escucha los ronquidos de la pareja que duerme desde la madrugada, desde que llegó de la fiesta de sus amigos entrañables y casi no supieron cómo atravesaron la ciudad de regreso, conduciendo su vehículo a tientas porque el alcohol les impidió estar conscientes de que participaron en una orgía, de qué clase de droga consumieron, de qué bebieron en su periplo por una y otra y otra habitación.

Nadie escucha en la sala de emergencias del hospital del Seguro al hombre que destrozado las piernas llegó al hospital gracias a una mujer que lo vio tendido en la acera luego de que un autobús lo golpeara, lo lanzara por los aires y al caer lo pasara por encima con el violento peso de sus llantas traseras.

Nadie escucha al personaje solitario que llora, desconsolado, mientras camina sin rumbo bajo el agua tratando de entender por qué, de repente, Ana decidió que estaba enamorada de otro hombre y, por tanto, había llegado el momento de la separación definitiva luego de diez años de una vida que lucía armoniosa y, sobre todo, leal y sin sombras de olvido.

Sigue la lluvia azotando la ciudad y, con ella, sembrando de indiferencias todos sus rincones.

En la calle solamente suena el silencio indolente de permanecer a salvo de la fría y persistente tormenta que bloquea todo sentimiento, toda previsión, todo cuidado, toda suspicacia, toda solidaridad.


Rubén Darío Buitrón (Quito, 1966) es poeta, periodista y escritor. Es director—fundador de www.loscronistas.net


Foto portada tomada de: https://bit.ly/3nLeKDp

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