Por Sergio Rodrigo Vaca
(Colaboración especial para Máquina Combinatoria)
Ya no sé qué decir fugazmente.
No puedo explicar el golpe,
no quiero morir en desórdenes de mi mente,
solo quiero morir junto al color de tus ojos.
Aunque no quiero sentirme que soy tu vida,
no comprendo al sentir que vivo de ti.
No quiero escuchar el color de la soledad.
Puedo ver más olas que se quiebran en mi corazón,
puedo correr al final de esta vida.
Si alguna vez lo hicieras yo te seguiría,
o al menos sería intención mía el seguirte.
Claramente yo no camino por cuenta mía,
no quiero que nadie escuche mi alma.
No puedo quitarme ese polvo que oculta mi alegría,
solo deseo algún día no mirar dentro de mi sangre,
y revivir esos momentos que son glaciales.
Solo deseo que la dependencia no me gane,
y no me llegue a dormir sin yo haberlo notado
cuando desaparezca como la vida.
En algún momento quisiera yo sentir el sol,
y que jamás deje de brillar al menos en el día,
para en la noche poder descansar junto a mis sueños,
mis sueños del infierno y el cielo,
ese infierno que me ahorca con una soga,
y ese cielo que busca salvación para mí de este amor.
Solo quiero poder sentir amor,
ese amor que me haga brillar como el agua,
y ser transparente.
Solo espero escapar de esta dependencia,
y pueda vivir.
Foto portada tomada de: https://www.pexels.com/es-es/foto/resfriado-frio-moda-hombre-3738212/
Revista Máquina combinatoria 