Por Leonardo Chiriboga Correa
(Colaboración especial para Máquina Combinatoria)
Hoy que vengo, madre mía, a saludarte
—este día de las madres consagrado—
una lágrima gruesa me ha rodado
al contemplar tu tumba y recordarte.
Hoy que vengo, muy triste, a relatarte
los horribles momentos que he pasado
¡No escucho ya tu acento amado,
ni escucho los consejos de tu parte!
Hoy que vengo con mi alma hecha pedazos
y que traigo en un cofre mis querellas
no encuentro, como entonces, tus dos brazos.
Que siempre compasión tuvo de ellas.
Y vuelvo con dolor sobre mis pasos:
¡A hundirme en mi mundo sin estrellas!
Foto portada tomada de: https://pixabay.com/es/photos/mano-humano-mujer-adulto-manos-3672958/
Excelente, la forma el fondo, mi admiración a mi papá. Un abrazo.
Me gustaMe gusta