Por Leonardo Chiriboga Correa
(Colaboración especial para Máquina Combinatoria)
Me llamaron a oscuras por mi nombre.
En medio de la noche silenciosa.
Eras tú, mi cariño —no te asombres—,
la dueña de esa voz tan lastimosa.
Vinieron a mi mente, despiadados,
a herirme los recuerdos amorosos;
y sangrando cruzaron amargados,
solitarios y tristes y andrajosos.
Despierto y vigilante a tu llamado,
te busqué entre las sombras para verte;
mas, cruel visión, faltabas a mi lado.
Maldije, ese momento, de mi suerte.
Maldije de tener a un ser amado…
!Y dejé, desde entonces, de quererte!
Foto portada: https://pixabay.com/es/photos/de-basura-papelera-camada-reciclaje-3259455/