Adrián Grimm
¡Cántame musa de la alegría
hilvanada de puras palabras!
¡Cuéntame vidas de hombres
con frases inmortales ligadas!
Y cántame de otros, los anteriores,
los que, sin alfabetos ni letras punteadas,
colgaron sus versos en el tiempo,
en la canción, y la desnuda palabra.
Dizque asistieron a los misterios…
Dicen… haber oído las pisadas
de héroes de musas y seguidores
en cantores en pueblos y plazas.
Supieron posponer el olvido
de algunas bien contadas hazañas
y vistieron de alegrías viejas
las almas y las vacías gramas.
Destos hubo unos que el tono
conocían y respiraban
para salvar sus secretos
en modos y tópicos cantaban.
Tanto derrotaron el olvido,
en tantas noches alumbradas,
en sobremesas, caminos y salones,
en frases al oído dictadas.
Ellos, despertaron a un pueblo,
de una tal furia callada,
robando del fenicio el signo
que fue signo de lo que empezaba.
Tuvieron de piedra la memoria
y hablaban en lenguas prestadas,
sus preguntas fueron enigmas
que paladeaba su esfinge enjaulada.
Este, el pueblo de las letras,
hijos de cada palabra.
Ellos escribieron el sueño
que luego Alejandro soñara.
Quisieron unir los mundos.
Quisieron poblarlos de alas.
Despertaron un ser inmenso.
Que por boca del hombre habla.
¡Cántame musa la alegría!
De los tejedores de palabras
que hilan el destino de los dioses,
contenido en nuestras cartas.
Quien como Jerjes en su trono alto
mire en su puente un mar de esclavos.
Nadie que ofrezca un verso,
ni canción, ni vocablo.
Pero, en los ojos de alguno se asienta
un ave de alas doradas.
Una diosa derribada su estatua…
Tragedia, destino, balada.
Cuando el día caía en Persia
el divino rey decretó:
No te detenga el mar,
General, sáltalo sin dudar.
Tejer puentes como Jerjes… (quería)
flotantes puentes de aljabas
para saltar entre las mentes
y asaltar tierras lejanas.
¡Toma el cálamo y di
si quedan líneas de versos
como las que poblaron los héroes
y dioses y puentes!
Nunca, nunca funcionará,
pero la idea es bella.
Dominar por amor o por guerra,
Por lengua o por moneda…
Y trazar puentes con lo que haya.
Sea basto, oro, copa, o espada.
Que todo inicia no con un paso,
sino con una secreta palabra.
Botemos livianos maderos
y trepemos en sus espaldas
como quien lanza un grito
y lo sigue con la mirada.
Así vive en lo que muere
quien vive de la palabra,
cantando en plazas y pueblos,
si tintinea la plata.
Siguen cruzando el puente
que quizá Zenón dibujara
porque el camino no termina
cuando has pisado sus tablas.
¡Cántame musa esa alegría
que escancian las palabras
en copas que son destinos,
de vinos que eran baladas!
¡Canta, Canta!
Imagen: Una gran inscripción cuneiforme encontrada en el lado sur de la colina de Van Castle, a cuatro kilómetros al oeste de la actual Van. Tiene varios metros de alto y ancho, tiene 25 siglos de antigüedad y el mensaje proviene del rey persa Jerjes. Fuente: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Xerxes_Cuneiform_Van.JPG